Por un lado están los que entienden el humor negro. Y por el otro están los que nunca lo entendieron y necesitan redención, y lo hacen acusando a otros de ser la persona que a ellos les atormenta ser.
Todos los que en el pasado usaban el humor negro como ataque, y no entienden que se pueda usar solo para reír, ahora necesitan condenar a los demás porque no pueden entender que hay gente que no es como ellos. Vamos, el clásico: cree el ladrón que todos son de su condición.
La gente nunca cambia su esencia, solo cambia de careta.
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