«Esta mañana (sábado para el lector), fuimos a comprar junto a mi mujer e hija a una tienda. A la entrada, el personal y el encargado nos paró de muy malos modos y sin educación diciendo que no podíamos entrar. Que los gitanos robamos y que allí no quieren gitanos. Le pregunté si nosotros habíamos robado que sacarán las cámaras y nos denunciaran. Es más, sean payos o gitanos, todo el que roba debe ser denunciado y que paguen por ello», explicó Carlos Cortés al responsable del establecimiento.
«Me dijo que no tenían que dar más explicaciones. Que en esa tienda no quieren gitanos y que tienen derecho de admisión». Acto seguido, el presidente del pueblo gitano contactó con sus abogados y solicitaron la presencia de una unidad de la Policía Local de Palma. A su llegada, explicaron lo sucedido y ante los agentes, el encargado seguía manteniendo que no iba a dejar entrar a esa familia gitana. Los policías trataron de hacer entender al comerciante que si se trataba de personas conflictivas o ladrones que aportara las pruebas, pero que en caso contrario, por el simple hecho de ser de etnia gitana la Ley en España no permite hacer ese tipo de distinción. Es más, está considerado como delito de odio discriminar a las personas por razón de raza, sexo, religión u orientación sexual. @ultimahora