El intercambio de insultos y gestos con las manos y las maniobras de vuelo intimidatorias también eran muy frecuentes.
[…] Conforme pasaba el tiempo, pilotos y observadores comenzaron a llevar armas pequeñas durante los vuelos de observación, por si se encontraban al enemigo dedicado a la misma tarea. Y así fue como nacieron los primeros combates aéreos. En aquellos primeros meses de la guerra podían verse esporádicamente sobre los cielos de Europa aviones de observación disparándose unos a otros con pistolas y rifles o lanzándose cualquier otro objeto que tuvieran a mano -incluso cuerdas para que se enrollasen en la hélice enemiga-, como ocurrió en agosto de 1914, cuando el Teniente W.R. Read lanzaba una pistola descargada contra la hélice de su oponente, tal y como él mismo y su observador —Jackson— detallaron en su diario de vuelo. […]
[…] Los pilotos se las arreglaban como podían. Algunos lanzaban piedras, ladrillos e incluso granadas de mano cuando volaban sobre sus adversarios. Otros, como el ruso Alexander Kazakov, llegó a equipar su avión con un garfio con el que intentaba arponear a sus rivales. […]
Interesante artículo, es cortito, os lo recomiendo.