“Luchar por mejorar el estado del planeta me dejó sin energía, sin ganas de hacer nada, con desánimo al relacionarme con mi pareja, amigos y familia. Vivía una distopía por la que no merecía la pena luchar. Ahora la psicóloga me ayudará a delimitar esas líneas rojas en mi mente para no angustiarme”. @elpais