¿Están sugiriendo que estar gordo es malo? Habrá que llamar al comando censor.
En el instituto, en Indiana, consiguió destacar y colocarse entre los 20 mejores jugadores de su edad en todo el país. Eso hizo que varias universidades llamasen a su puerta, pero decidió permanecer en casa, en la Universidad de Purdue. Allí se erigió en uno de los mejores reboteadores de la competición, convirtiéndose en All-American. Así se presentó en el Draft de 2017, donde fue seleccionado por los Portland Trail Blazers. Sin embargo, la falta de minutos le relegó a la liga de desarrollo y a mitad de la siguiente temporada acabó haciendo las maletas rumbo a los Sacramento Kings.
De vuelta en los Blazers, en plena pandemia, el frenazo de su carrera se convirtió en parón. Se negó a acudir a la burbuja de la NBA en Orlando, con la que la mejor liga del mundo quiso combatir la pandemia de coronavirus, y esa fue su sentencia: no volvió a jugar un partido oficial.
Después de aquello se le había vuelto a ver en 2020, cuando fue arestado por posesión de drogas. Un año después, durante una visita a los juzgados, mostró una imagen muy deteriorada tras haber ganado casi 65 kilos desde su retirada del baloncesto. @abc