Una mujer estaba paseando por las salas del Museo Picasso de París cuando vio una chaqueta colgada de una pared. No se lo pensó dos veces y se acercó a por ella, la dobló cuidadosamente, la guardó en su bolso y se la llevó a su casa. Al llegar, se la probó y vio que no le quedaba del todo bien, así que se la llevó a su modista para que le hiciera el dobladillo y pudiera usarla a menudo. @elconfidencial
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