Inflación semántica y banalización de los trastornos mentales.
Un estudio realizado en la Universidad de Melbourne comprobó que debido a la popularización de conceptos psicológicos – como trauma, depresión y ansiedad – estos “han adquirido significados más generales y han pasado a referirse a una gama más amplia de acontecimientos y experiencias”. Estos psicólogos comprobaron que la creciente atención y conciencia pública sobre la salud mental se encuentra en la base de esa especie de «inflación semántica», como la definieron.
Como resultado, indican que “las experiencias emocionales cotidianas están cada vez más patologizadas, de modo que los conceptos de ‘depresión’ y ‘ansiedad’ se han ampliado para incluir experiencias subclínicas de tristeza y preocupación”. O sea, al no comprender las diferencias entre tristeza y depresión, terminamos catalogando como un trastorno mental reacciones emocionales normales. @rinconpsicologia