En un comunicado oficial emitido el mes pasado, la Asociación Internacional de Exorcistas (IAE) calificó el título de la película de “pretencioso” y afirmó que plantea “dudas inaceptables” sobre la iglesia.
“La Iglesia Católica es entonces representada por un Papa igualmente poco fiable, interpretado por el actor italiano Franco Nero. Finalmente, los ambientes del Vaticano, pintados con la habitual gama probada de colores claroscuros, dan a la película un efecto de “Código Da Vinci”, para inculcar en al público la duda de siempre: ¿Quién es el verdadero enemigo? ¿El diablo o el “poder” eclesiástico?” @espinof
Extra: Dos pasajeros se enzarzan a puñetazos en un vuelo de Ibiza a Barcelona.