Que pasa Finillo de Córdoba, lord de los haters, señor de los trolls.
Te voy a meter una turra guapa, pero necesito compartir esto.
Trabajo en una casa de apuestas y ayer estuvieron a punto de quemarme el chiringo conmigo dentro.
¿Por que? Por que ahora somos el enemigo público número uno, el demonio, la perdición de los críos, la p0rn0grafia que te pone cach0ndo…
Y mira, si que es verdad que trabajo en un sector que ha causado mal a mucha gente, pero también quiero dejar algo claro, la imagen que destilamos es muy diferente a lo que la peña se piensa.
Antes de nada diferenciar. Yo curro en una casa de apuestas, no en un local de tragaperras. Aquí se ha apostado toda la puta vida, solo que ahora está regulado.
Sigo, los menores NO PUEDEN ENTRAR (porque es lo primero de lo que se queja todo el mundo) Y si entran a mi me despiden y nos chapan el garito. Así que por los cojones van a pasar.
¨Buah, pues yo he visto críos jugando en las máquinas de los bares¨ Pues como el crío que juega a la tragaperras. ¿De quien es la culpa, de la máquina o del dueño del bar? Por cierto en mi empresa si se enteran te quitan la máquina.¨Es que crea adicción¨ Ya y el azúcar y no te veo prendiendo fuego al kiosco de la plaza. O el alcohol y no vamos con bates a reventarle la cabeza a la cajera del super.
Además, que me toca los cojones la doble moral. Las casas de apuestas son belcebú pero mi cuponcito que no me toque nadie.
Al final lo de siempre. Al españolito hay que llevarle de la mano, como a los críos, que si no se pierde.
No niego que puede crear un problema, como el 90% de las cosas de este mundo, pero si que es verdad que ahora se ha puesto de moda buscar enemigos comunes y mira, macho, al final te cansa. @anonimorl
A mí las casas de apuestas me parecen igual que la coca; un pozo sin fondo para gente que no controla, y algo que casi sería mejor que no existiera para la mayoría de los potenciales clientes. Peeeeero, comparto contigo la percepción de esa doble moral que acepta otras movidas similares (o peores) y paralelamente demoniza el juego.