Ojo…
[…] La implicada fue condenada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo el 29 de junio del 2020, en plena crisis sanitaria, como autora de un delito de acoso. Fue condenada por vigilar con prismáticos a la perjudicada, a la que perseguía por las cafeterías como represalia por relacionarse con su exnovio, ya que la veía como una rival amorosa. Aceptó nueve meses de cárcel y someterse a un programa formativo para la empatía y el control de impulsos y gestión de sentimientos, además de pagar 6.000 euros de indemnización para sufragar los gastos de tratamiento psicológico a la víctima. La jueza le ordenó alejarse cien metros de la perjudicada durante dos años pero, solo cinco días después, la siguió por una céntrica calle de Gondomar.
Tres días después pasó junto a ella en sentido contrario por la misma calle. En la siguiente semana, la implicada se subió al autobús de Gondomar a Vigo a sabiendas de que es el mismo que usa la perjudicada para ir a trabajar. A mediados de julio, se colocó a solo tres metros de la víctima en la estación de autobuses de Gondomar. Y varios días después, a diez metros, a pesar de que dos guardias civiles le advirtieron de que estaba cometiendo un delito. Esa misma tarde, pasó por delante de la terraza donde la perjudicada tomaba algo hasta que esta se fue.
Los acosos siguieron en septiembre, cerca del domicilio de la afectada o en su cafetería preferida. En octubre, la volvió a encontrar en la estación de buses de Gondomar. La Fiscalía pedía una multa de 4.500 euros pero la acusada llegó a un acuerdo para reducirla a un tercio si se declaraba culpable. […] @lavozdegalicia
Enviado por LaChicaDel2cv.