En el norte de Tailandia, afectado por la sequía, los habitantes de un pueblo llevaron a cabo un ritual para invocar la lluvia, utilizando un peluche del popular Doraemon como sustituto del tradicional gato vivo que se sacrifica en este tipo de ceremonias. La preocupación por posibles acusaciones de crueldad animal llevó a la comunidad a optar por el icónico personaje de anime, conocido por ser un gato robótico que viaja en el tiempo. @somoskudasai
Enviado por Nejo.