Un pequeño equipo de oceanógrafos afiliados a varias instituciones de Estados Unidos, en colaboración con un zoólogo de la Colección Estatal de Zoología de Baviera (SNSB), en Alemania, ha documentado el primer descubrimiento in situ de un diente de megalodon fosilizado en las profundidades del mar.
El equipo de investigación sugiere que el diente pudo permanecer en su posición original debido a su ubicación en el fondo del mar, una parte del océano donde las fuertes corrientes impiden la acumulación de sedimentos. En este caso, también evitó que los sedimentos desgastaran las características del diente. Claramente no había sido sacudido ni caído: había permanecido firmemente en el lugar donde cayó originalmente.
Señalan que el diente no era de un tiburón particularmente grande; Medía sólo entre 63 y 68 milímetros de largo, pero su ubicación podría ayudar a los científicos oceánicos a aprender más sobre estas antiguas criaturas marinas. @vistaalmar