Según relató Tiriac, ese coche le costó 700.000 dólares, teniendo en cuenta que nuevo costaba unos 200.000 dólares. El problema de Tiriac es que era un apasionado de los coches, pero todavía no tenía un lugar en el que guardar su incipiente colección de superdeportivos. Esa falta de espacio provocó que dejara su Ferrari F40 aparcado en un garaje en Múnich (Alemania).
Diez años más tarde, el millonario recibió una llamada de Mr. Becker, el propietario del garaje donde había aparcado su Ferrari F40. El alemán recordó Tiriac que su deportivo seguía estacionado en su aparcamiento. “Había olvidado mi Ferrari durante una década”, reconocía el tenista retirado.
Al darse cuenta de que había olvidado su Ferrari durante diez años, Tiriac decidió venderlo inmediatamente por dos motivos. El primero, porque aún no tenía un lugar adecuado para guardarlo, y segundo porque el coche, tras diez años de inactividad, necesitaba viajar de vuelta a la factoría de Maranello para que su motor fuera desmontado y restaurado, un proceso necesario después de tantos años sin uso, incluso para un Ferrari. @xataka
Enviado por Jumy.