Fue portada nacional. El Gobierno le puso en el punto de mira e incluso el presidente Pedro Sánchez le dedicó una intervención pública. La prensa difundió datos personales y familiares, y algunos medios le persiguieron durante semanas. Perdió la beca y le expulsaron del colegio mayor. La presión fue tal que acabó dejando los estudios en Madrid y regresó a su Mallorca natal. Ahora, la justicia reconoce que no hubo nada punible en los famosos gritos del colegio mayor Elías Ahuja. Pero el joven «no podía salir de su casa ante el acoso que sufría», señalan desde su entorno. Esta es la historia de Juan (nombre ficticio) al que una polémica tradición de su colegio mayor le cambió la vida. @abc