Muchos de esos coches tienen una concepción muy “autopistera”, que se da de morros con su autonomía real a velocidades reales.
El Mercedes EQB 350 pasa de unos “aceptables” 426 km de autonomía a unos paupérrimos e insuficientes 200 km de autonomía. A 130 km/h habría que parar cada menos de hora y media para cargar la batería de nuevo al 100% y poder seguir otra hora y media.