Un Pepito de ternera que me retrotrae a mi infancia y esos maravillosos bocadillos de filetes de mi madre y también a Tokyo, una ciudad que me vuelve loco gastronómicamente. La mermelada salada de Ñoras y chiles, es un virtuosismo de aliño que es para vivir en la eternidad untándola en ese brioche de mantequilla calentito y tostado, esponjoso y frágil. @DabizDiverxo.
Cuando le he visto meter la tercera capa de solomillos me ha dolido la mandíbula.
Seguro que La Pedroche a veces se cansa de tanta comida exótica y prefiere más una receta clásica de estas 😀