Una de las cosas buenas que está teniendo la transición a lo eléctrico es que estamos entrando en consciencia de la cantidad ingente de ENERGÍA que consumen algunos medios de transporte, debido a que las autonomías con baterías de tamaño razonable son muy bajas comparadas con un motor de combustión y su depósito de combustible.
Para que un barco eléctrico sea viable hay que reducir mucho el drag contra el agua, porque la resistencia al avance es terrible. Para eso han optado por usar esa tecnología en este barco eléctrico.
El sector marino presenta muchas dificultades técnicas para su electrificación. Es necesaria mucha energía para poder atravesar el agua que ha de ser almacenada en baterías de litio. Pero estas, en un peso equivalente, solo transportan un 2 % del contenido de energía que la gasolina. Por lo tanto, los barcos eléctricos tienen muy limitada su autonomía si recurren a un diseño tradicional.
Por eso Candela ha recurrido al sistema de hidroalas en sus embarcaciones eléctricas. El objetivo no es otro que reducir el rozamiento del agua sacando el casco del agua. Implementado primero en el C-7, y ahora en el C-8, que ha tenido un desarrollo vertiginoso desde que se anunció, elimina hasta el 80 % de la resistencia que ofrecería un diseño convencional. Esta tecnología, que se remonta a 1919, se basa en el mismo principio físico que un avión (Bernouilli), pero en un medio líquido, que es aproximadamente 1.000 veces más denso que el aire. @hibridosyelectricos
Según la empresa sueca esta autonomía es entre “dos y tres veces más que las lanchas rápidas eléctricas convencionales con baterías un 300 por ciento más grandes”.