La enorme complejidad de la política migratoria y el fracaso de las fórmulas puestas en práctica para intentar regularla se ha convertido en un problema de primera magnitud para países que, como España, son puerta de entrada al territorio comunitario. La ciudadanía se revuelve contra la inmigración ilegal contemplándola como una fuente de inconvenientes más que como un posible motor de oportunidades. Tanto es así que un apabullante 70% de los votantes españoles respalda la propuesta de las formaciones de ultraderecha, en el caso de España abanderada hasta ahora en solitario por Vox: deportaciones masivas de inmigrantes sin papeles y de todos aquellos que, aún teniéndolos, cometan delitos. @elmundo