Atentos a estos dos párrafos.
Detrás de la cortina y a menos de un metro, escuchaba el acusado un relato que no solo negó, sino que atribuye al deterioro mental de su todavía esposa. «Me llegó la carta pidiendo la separación por sorpresa y unos días más tarde volvimos a salir todos juntos para celebrar su cumpleaños», aseguró el hombre, que negó categóricamente que le amenazase con dejarla en la calle o la coaccionase con suicidarse. Al contrario, buscaba cómo ayudarla: «No pudo despedirse de su madre cuando murió y eso la sumió en una depresión total, así que no queríamos dejarla sola».
Pocos días después de la misiva con la petición de separación que dinamitó la monotonía familiar, el padre y las dos hijas organizaron una reunión que cogió a la madre por sorpresa y que interpretó como una coacción más: «Yo entré en una sala y me los encontré allí para pedirme explicaciones», afirmó la mujer que sigue viviendo con una de sus hijas, pero sobre la que asegura que la espía para «contarle todo al padre». La joven subió al estrado poco después y confesó que está realmente preocupada por su progenitora, porque no se deja ayudar: «Nunca vi que mi padre la maltratase», zanjó después de que el juez le recordase que no tenía la obligación de declarar contra él, pero debía contar la verdad. @lavozdegalicia
Repito: fiscalía pide un año para ese hombre. Sin más prueba que el testimonio de esa mujer. Disfruten lo legislado.
@JartivistaPower enviado por GonzaloStampa.