Por lo tanto la velocidad registrada por el tacógrafo superaba con creces el límite de 90 km/h para este tipo de vehículos, además en una carretera convencional con el límite también a 90. El conductor, además, tenía una orden judicial de búsqueda y captura.
La investigación reveló más irregularidades: el camión carecía de autorización para transporte público, el limitador de velocidad —obligatorio en este tipo de vehículos— no funcionaba, y el conductor había incumplido los tiempos de conducción y descanso. Estas infracciones se suman a la gravedad de un caso que la Guardia Civil ha calificado como “excepcional” por el grave peligro para la seguridad vial de todas estas irregularidades. @caranddriver