Yo pensaba que con 64 Gb de ram iba a poder tener pestañas ilimitadas para dar rienda suelta a mi síndrome de diógenes digital, pero… nope. Puedo tener más pestañas que cuando tenía solo 8Gb de ram, pero llegado un punto, empieza a ralentizarse todo demasiado… y esto sucede mucho antes de comerte una parte importante de la ram.
Ayer publiqué un post sobre los extraños gustos de algunas adolescentes.
Por lo visto a un impotante número de niñas entre 10 y 16 años les gusta el kpop, y por extensión, los cantantes de Kpop. Que vienen a ser chicos asiáticos que cantan pop tipo Justin Bieber, pero aún más edulcorados, con tintes asiáticos y estética andrógina. Vamos, que pasa un poco como cuando vas a Tailandia, que cuesta distinguir a un tío de una tía (me lo contó un amigo).
El asunto es que hace un tiempo Google me está metiendo los posts más “polémicos” en su Discover, y a veces viene gente que no conoce el blog, a depositar sus interesantísimos comentarios. Y… eso es exactamente lo que pasó ayer.
Os recomiendo entrar en el post para deleitaros con decenas de comentarios hilarantes sobre las bondades del kpop, llamándome rasista y diciendo que me van a quemar en hogueras coreanas. [LINK]
“Hola, soy Bea, 23 años, trabajadora.”
“Te recomiendo borrar esta publicación”
Le he dicho a Cristina, mi cuñada kpoper de 14 años, que hable con su líder para pedir mi amnistía. Aunque me atraiga la exótica idea de morir aplastado por una turba enfurecida de adolescentes kpopers.
Dab on them haters pic.twitter.com/YIlKDqEtrs
— Bruno (@Bruno_8893) February 12, 2020
@Bruno_8893 enviado por Semper Nata.
big fan of apple’s new men are trash campaign pic.twitter.com/WdiWLSfCoD
— stephen ossola (@stephenossola) February 10, 2020
Lo grachioso es que si lo haces al revés, la lectura es automática, las redes explotan, y la marca tiene que salir a pedir perdón de rodillas mientras se come sus propias heces. Pero si el que se ofende es un hombre… son “male tears!” 😀
No es el primer anuncio que veo en el que se invita a dejar atrás el pasado en pareja, y siempre es el tío al que hay que olvidar. Es un combo entre “mejor sin compromisos hasta la muerte”, y moda feminista to the limit.
Enviado por @GonzaloStampa