Cambió un idealismo por otro. Bajo mi punto de vista de cuñao, y sintiendo mucho respeto por Bastos, creo que ambos sistemas son disfuncionales. Uno porque es ridículo e inmaduro y falla de base (ausencia de cálculo económico), y el otro porque también presupone comportamientos del ser humano demasiado optimistas y permite que cualquier ente lo suficientemente poderoso pueda imitar la figura del estado.
El estado debe existir, el reto es cómo fiscalizarlo y limitar su poder.
Escohotado también recorrió el mismo camino, pero me gusta más Bastos.
Si queréis verle un poco fuera de su zona de confort, aquí tenéis una charla muy entretenida con Ernesto Castro poniéndole en algún que otro aprieto.