Mi prioridad es el Barça… pero no mucho.

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“Para la organización de estas actividades y competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal no se podrá establecer relación comercial con un deportista en activo susceptible de participar en las mismas”, dicta literalmente la ley. @larazon

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Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

Bou ha desgranado la sentencia en este hilo para el que pide difusión.

El padre de Olivia fue condenado por VG, y por eso le negaron la custodia compartida. Lo cual, a la larga, provocó que la madre matase a la niña. He podido acceder a la sentencia, y sorpresa. Lo condenaron sin más prueba que la palabra de la mujer.

Cuando digo que he accedido a la sentencia me refiero a la sentencia de apelación, donde una Audiencia Provincial confirmó la condena. La tenéis aquí.

La sentencia menciona esto; ABC añade que “la agarró del brazo izquierdo, zarandeándola y golpeándola en el mismo brazo y la espalda” y ella sufrió “contusión en hombro y brazo izquierdos, contusión dorsal izquierda, hematomas a nivel de dichas contusiones y crisis de ansiedad”.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

La sentencia también menciona que el hombre fue absuelto de varias acusaciones más. ABC añade que fue porque los jueces detectaron “notorias falsedades” en el testimonio de la mujer.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

La sentencia también dice que la condena se debió a que el juez creyó que el testimonio de la mujer cumplía los parámetros de credibilidad subjetiva, verisimilitud y persistencia. Esos criterios solo se aplican cuando no hay más prueba de cargo que dicho testimonio.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

Ocurre que la mujer tenía un parte médico. Ese parte no decía que nadie la hubiera agredido, sino solo que la mujer tenía contusiones en el brazo izquierdo y en la espalda. La mujer contó que se las había hecho el marido, y el juez la creyó. Sin más.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

De hecho el hombre, en su recurso, se quejaba de que lo condenasen sin más pruebas. Y la Audiencia respondió que era suficiente, y que lo probado probado estaba.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

El hombre también dijo que el testimonio de la mujer no era persistente porque la habían pillado, en palabras del juez, en notorias falsedades. La Audiencia dijo que esas falsedades habían sido en las demás acusaciones; y que por tanto esta otra acusación seguía siendo creíble.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

Luego la sentencia vuelve a incidir en que la mujer puede ser creíble en esta acusación concreta aunque la hayan pillado mintiendo en las otras. Solo hay que separarlas, y valorarlas independientemente, y no tener en cuenta aquí las mentiras que le pillaron allí.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

Y llega mi parte favorita.

Él dijo que la mujer tenía motivos espurios, porque denunció justo tras ver un documento donde él pedía el divorcio y la custodia compartida. La AP lo desestimó porque la mujer admitió haber visto el documento, pero no admitió saber lo que decía.

Al padre de Olivia lo condenaron por VG, sin más prueba que la palabra de la mujer: tenemos acceso a la sentencia condenatoria.

Él alegó varias cosas más, y la Audiencia las desestimó siguiendo razonamientos parecidos. Pero son más largas de explicar, y no me apetece estirar mucho el hilo. El caso es que el tribunal lo condenó sin más pruebas que la palabra de la mujer, y luego la AP dio eso por bueno.

Y en base a esa condena, fundada solo en la palabra de una mujer a la que habían pillado en “notorias falsedades”, perdió la custodia compartida.

Y el resto es historia, que desemboca en el asesinato de la pequeña.


Cuando empiecen a rodar cabezas, recordad esto, Irene Montero será cabeza de turco, pero todo el Gobierno y la oposición han defendido esta infamia.