¿Puede que las últimas generaciones hayan educado personas ultra-individualistas con pánico al compromiso? ¿Puede que generalizar algo que en el pasado fue la excepción pueda traer problemas a largo plazo tanto colectivos como individuales? ¿Puede que la llegada a la edad tercera edad de las personas que eligieron “libertad” acabe siendo la mejor campaña pro-familia posible?
El tiempo lo dirá.