Todo comenzó con la denuncia de un robo de un coche de altas prestaciones y prácticamente único, cuyo propietario manifestó que llevó el vehículo a un taller para hacer varias reparaciones. Dada su buena relación con el propietario del establecimiento, dejó el coche más tiempo porque tenía que afrontar un problema médico.
Sin embargo, al taller acudió una tercera persona y se llevó el coche sin su autorización, pero presentando una documentación oficial del vehículo que acreditaba que era suyo. Comentó al dueño del establecimiento que sino dejaba llevárselo le denunciaría. Finalmente, consiguió su objetivo. @caranddriver