Niños y ancianos detenidos en Rusia durante manifestaciones contra la guerra

Ekaterina sabía que aquel era un lugar tremendamente desagradable, donde los detenidos en las protestas se hacinaban en celdas diminutas con los sintecho, en un ambiente pestilente y sin agua ni comida. “Pero me asustó más dejar a dos niños solos en casa sin saber seguro cuándo podría volver”, dice. Así que allá que fueron las dos mujeres y los cinco niños con sus flores y sus carteles caseros de “no a la guerra”, grabaron vídeos de los niños frente a la Embajada, allí sólo estaban ellos.