La semana pasada ocurrió un hecho relevante en Corea del Norte. La nación presentaba en sociedad un destructor que iba a convertirse en el mayor barco de guerra de la nación, y para ello había anunciado la botadura a bombo y platillo con todo tipo de representaciones políticas. Sin embargo, nada más tocar agua, el barco se hundió y acabó de lado. Kim Jong-un no salía de su asombro y prometió arreglar el buque en el corto plazo. @xataka