
Hace dos años, el Banco de España advirtió en su blog de los peligros económicos que conlleva pagar a plazos cualquier cosa, desde un sofá a una barra de labios. Con tono coloquial –y puede que con un punto de regañina– le habló directamente al lector: “Caíste en la tentación y llegas a la caja cargado de prendas. Piensas que quizá no debiste haber cogido los últimos pantalones… Pero en la caja te ofrecen una solución rápida: ‘compra ahora y paga después”. Desde entonces, esa modalidad de adquisición se ha popularizado aún más: ahora se pueden fraccionar las compras tanto en grandes superficies online como Amazon o Shein, como en tiendas físicas de cosmética o en plataformas de venta de entradas —cerca del 60% de los asistentes a Coachella esta última edición se costearon su fin de semana de festival con un plan de pago—. El BNPL (siglas de Buy Now Pay Later, “compra ahora y paga después” en inglés) está a la orden del día. @eldiario

Esta gente tiene menos dinero que los que ahorran, pero irónicamente pagan todo más caro, porque lo hacen con intereses (y no pocos). En lugar de ahorrar, gastan lo que no tienen, lo cual aniquila su capacidad de ahorro y no hace más que hipotecar de forma catastrófica su futuro, con el único consuelo del «mal de muchos». Ya vendrá alguien a arreglarlo, somos demasiados…
Hay dos tipos de personas: el que compra 5 champús cuando están de oferta, y el que compra solo uno cuando le hace falta porque no tiene más de 3 euros disponibles en ese momento. Al primer perfil le suele ir mejor que al segundo perfil.
La gente que ahorra y compra está haciendo lo que quiere con la gente que vive al día y alquila. Si no estás dispuesto a cortar el gasto, a vivir con tus padres una temporada mientras ahorras salvajemente, y no ves alternativa a pagar todo a plazos, estás robando a tu yo del futuro. Y ese yo está más cerca de lo que crees. Cuando tu yo del futuro necesite ese dinero, se lo tendrá que quitar a otros a través de las urnas.
«¿Y qué propones, cuñao?» Nada nada, no hay alternativas, los festis del bono a 200 pavos son prioridad. ¿Conocéis a ese «rarito» que se queda en casa más de lo normal, trabaja los veranos mientras estudia, curra sin saber lo que es cobrar el paro, ahorra, se compra algo en la periferia para reformar, y años después se va a vivir con su pareja a otra vivienda para formar una familia, dejando su primer hogar en alquiler, que tanta falta hace? Pues a ese iremos a robar.
Y ahora ya puede venir quien quiera a morderme con furia porcina en los comentarios. Eso no cambiará la realidad.