Todo empezó cuando en casa los loros no paraban de repetir la siguiente frase: «Mi marido no está, ven». Esa recurrente voz de las dos aves, que se caracterizan por ser capaces de reproducir sonidos humanos por reiteración, le hizo saltar las alarmas. ¿Le estaba siendo infiel su mujer?
«Vamos a escuchar a testigos del caso de nuestro cliente, que se enteró de que lo engañaron gracias a que sus loros repetían ‘Mi marido no está en casa, ven», escribía en sus redes sociales Ted Buckland, el abogado del hombre que sospecha de la infidelidad. @abc