No hace falta recorrer más de tres calles en Pontevedra para topar un buen número de anuncios de personas que, con el método de toda la vida, colgando carteles, tratan de conseguir un empleo. Todos dejan su móvil de contacto, su nombre y algunos incluso agregan a los letreros una fotografía y una descripción de lo que pueden hacer. Cuando se les llama, queda claro que hay un denominador común a todos ellos: son los invisibles del sistema, personas inmigrantes que no tienen la documentación y que, por tanto, no pueden buscar trabajo de otra forma porque no pueden acceder a un contrato. Vienen de Venezuela o Colombia y son muy conscientes de que tendrán que resistir bastante tiempo, incluso años, con suerte enlazando chollos en negro, hasta que regularicen su situación. No comulgan con la normativa. Con una misma voz, señalan: «En España hacemos falta como trabajadores, ¿por qué nos lo ponen tan difícil, si nosotros queremos contribuir con el país y cotizar a la Seguridad Social?». @lavozdegalicia