Una historia de superación pic.twitter.com/fAsmbgPzyz
— butaneroputero33 (@Parrobot7) January 12, 2024
Es el mejor vídeo que existe en el planeta tierra y nadie me baja de esta burra pic.twitter.com/XAAkIvgcKM
— Manu. (@GxlDePaulinho) January 12, 2024
Siempre he pensado lo mismo, no sabía que el bueno de Schopenhauer lo había articulado.
La frase completa:
“La compasión hacia los animales está tan estrechamente ligada a la bondad de carácter que se puede afirmar con seguridad que quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona“.
Terminar con la vida de un animal (sin recrearte) no es algo moralmente reprobable si es para comértelo, defenderte, o por motivos prácticos (control de plagas, etc). Disfrutar de ver sufrir a un animal denota que te falta un tornillo moral, y que lo único que te frenaría a la hora de hacerle lo mismo a una persona sería la ley.
La perversión de este razonamiento nos lleva al animalismo. Pensar que acabar con la vida de un animal no es aceptable bajo ningún concepto, es rizar el rizo por pura debilidad sentimental. Solo deberíamos llegar a consensos con especies que puedan llegar a entender esos consensos y tengan la capacidad de formar parte de su negociación. Mientras tanto se debe evitar, en la medida de lo razonablemente posible, el sufrimiento innecesario de cualquier ente que pueda expresar sufrimiento por pura compasión e higiene moral para con nosotros mismos.
En el anuncio, que ya ha sido retirado de la web de Airbnb tras la polémica generada, el propietario del apartamento, ubicado en el Soho londinense, ofrecía alojarse en “románticas” tiendas de campaña dentro de su sala de estar. “No olvidarás tu tiempo en este lugar romántico e inolvidable”, rezaba el anuncio a guisa de reclamo. @publico
Espectáculo visual y en todos los sentidos. Qué maravilla de panteras. pic.twitter.com/9Uj2gjvwpA
— Niporwifi © (@niporwifi) January 12, 2024