Dos carreras y un master en ingeniería mecánica y no tengo ni idea de como salir… pic.twitter.com/wDJbd8MdnG
— John McClown (@JohnMcClanebcn) October 3, 2024
Saco el drone por la ventana y lo estrello contra la caja.
Enviado por @Trollquesada
Dos carreras y un master en ingeniería mecánica y no tengo ni idea de como salir… pic.twitter.com/wDJbd8MdnG
— John McClown (@JohnMcClanebcn) October 3, 2024
Saco el drone por la ventana y lo estrello contra la caja.
Enviado por @Trollquesada
-Doctor🧑⚕️: “Buenas noticias, hoy vas a conocer a algunos pilotos de F1”
+Yo😃: “¿A Alonso y Verstappen?”
-Doctor🧑⚕️: “No, a Ayrton Senna y Niki Lauda” pic.twitter.com/1PRLuA2kxe
— Jairo Puertas 🚪 🚪 (@jairof1humor) October 2, 2024
Alguien me puede explicar qué es exactamente lo que acabo de ver pic.twitter.com/I5uRYen2wR
— Berto (@bertopeuve) October 3, 2024
“Seguiremos adelante con determinación… con o sin la ayuda de la legislatura”, dijo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en una reunión de su Partido Socialista a principios del mes pasado. Para sus críticos más excitables, esto sonó como una declaración de dictadura. De hecho, fue un reconocimiento de sus circunstancias conflictivas. En el cargo desde 2018, Sánchez es el gran superviviente de la política europea, un estratega astuto y despiadado. Pero su gobierno de coalición minoritario gobierna a placer de los nacionalistas radicales catalanes y vascos, y a un costo cada vez mayor para la calidad de la democracia española y sus instituciones. @economist
Venimos de aquí.
Si yo lo he visto, vosotros también. pic.twitter.com/vqVbbHt6oh
— EstaPasando (@EstaPasandoEsto) October 3, 2024
@atticsbd enviado por Aram.