[…] En concreto, el texto se refiere no sólo a los piropos, sino a acciones que tengan lugar en lugares como conciertos, fiestas… La ley lo considera un delito leve y fija para ello penas como la localización permanente del denunciado, que bien puede ser arresto domiciliario y alejado de la víctima, trabajos comunitarios de hasta un mes o una multa. “Si se suelta un piropo la víctima denuncia y la Policía lo lleva a un juzgado, el problema es que a lo mejor no era un piropo“, explican fuentes del ministerio de Igualdad. […] @elmundo.
Si tus habilidades para relacionarte con mujeres son más bien justitas, y algún día se te pasa por la cabeza entrarle a una, mejor vete haciendo la croqueta y así no hay interpretaciones chungas posibles.
Si eres de pueblo y tienes menos tacto que una mano con anestesia, directamente no te acerques a menos de 6 metros de cualquier mujer.
Pero… al margen de llenar los juzgados de litigios por chorradas ¿qué más aporta esa ley?