Durante cerca de dos años, y en periodos durante los cuales llegaba a vioar a su sobrina hasta cinco y seis veces por semana, el ahora condenado “satisfacía sus deseos libidinosos de la forma más cruel y bárbara posible, aprovechándose de la bondad e inocencia de una niña de corta edad”, según remarca la sentencia, que acudía al domicilio de su tío, en un municipio de la Ribera Alta que este periódico no revela para preservar el anonimato de la víctima, para cuidar de sus primos pequeños porque la madre estaba en prisión. @levante-emv