Boadilla hizo un estudio con radares móviles y los resultados no fueron nada tranquilizadores. “En solo media hora se pusieron 58 multas por exceso de velocidad”, explican desde el Consistorio. “Decidimos entonces poner un radar a petición de los vecinos y de los representantes de las urbanizaciones históricas, cuya queja con la velocidad era constante. No solo les hicimos caso, sino que asumimos la decisión porque la petición era razonable y estaba justificada”. Así, en septiembre de 2023, la revista municipal que edita el Ayuntamiento informaba de la instalación de varios radares en la localidad, uno de ellos en una cabina que se instalaba en la calle Playa de Formentor. Es un radar disuasorio y rotatorio, porque aunque la cabina siempre está fija, el velocímetro no siempre está dentro, ya que la Policía Local lo usa para colocarlo en distintas calles de la ciudad. Los vecinos, en cambio, aseguran que nunca pidieron explícitamente un radar, sino que el Ayuntamiento buscara soluciones para reducir la velocidad. @infobae