Murió haciendo lo que más le gustaba

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«Joao pasó más de un año cavando el pozo y contrató a varias personas para realizar la excavación. Inicialmente, pagaba 70 reales brasileños (unos 13 euros) por día cuando el hoyo era poco profundo, pero, a medida que aumentaba la profundidad, los costes también aumentaban», dijo un vecino, Arnaldo Da Silva, a medios brasileños. @elmundo

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