Guillermo Fesser, crítico contra los millonarios de la cultura del esfuerzo

Estoy esencialmente de acuerdo con Guillermo. Pero igual que no se pueden utilizar esos casos particulares de éxito como ejemplo de algo generalizado, tampoco soy partidario de abrazar cada chapuza que se intenta hacer desde la izquierda “por un bien mayor”, haciendo muchas veces más daño del que quieren aliviar.

Creo que todos queremos que haya la menor pobreza posible, que todos podamos tener una vida digna, etc… la diferencia está en CÓMO conseguir eso, porque no todo vale. Partiendo de que el fin no justifica los medios, y que para tener resultados a largo plazo tenemos que tomar medidas impopulares a corto plazo… no creo que un partido populista nos pueda traer ninguna solución. Ni de izquierdas (Sumar/Podemos) ni de derechas (VOX). Y por supuesto nada se puede esperar de los “partidos alternos” que solo aguardan su turno para chupar de la tеta del estado (PSOE/PP).

Subir impuestos y cotizaciones sociales infernalmente, hiriendo de muerte al pequeño comercio y al autónomo, sin que eso garantice unas pensiones dignas a futuros, es darle una patada al balón en lugar de planificar la jugada. Es matar el presente para no asegurar un futuro. Medidas cortoplacistas para gente que solo busca estar 4 años en el gobierno sin hacer demasiado ruido.

Tenemos un problemón demográfico y una cantidad ingente de personas que se van a jubilar sin una economía que lo pueda sostener… Eso requiere medidas drásticas y muy muy feas, algo que no es compatible con nuestra democracia que premia al que más cosas chachis promete.

La culpa es nuestra porque no dejamos que se integren…

“Las avispas ‘podrían ser tan valiosas como las abejas si les damos una oportunidad'”

La culpa es nuestra porque no dejamos que se integren...

La noticia es real.

El estudio en Biological Reviews se basó en más de 500 artículos académicos que analizan cómo 33,000 especies de avispas que pican contribuyen a sus ecosistemas y cómo esto beneficia a los humanos y la economía.

Descubrió que las avispas se pueden usar como control de plagas en países en desarrollo con un riesgo mínimo para el medio ambiente. Regulan las poblaciones de artrópodos, como pulgones y orugas que dañan los cultivos.

Las avispas son polinizadores expertos y la polinización por insectos es vital para la agricultura; su importancia para la economía supera los 250.000 millones de dólares (180.000 millones de libras esterlinas) al año en todo el mundo.