Se estima que entre el 5 y el 10 por ciento de la fuerza laboral renunciará, lo que podría generar alrededor de 100 mil millones de dólares en ahorros.

«Los contribuyentes estadounidenses pagan los salarios de los empleados del gobierno federal y, por lo tanto, merecen que haya empleados que trabajen en su nombre y que realmente se presenten a trabajar en nuestros maravillosos edificios federales, también pagados por los contribuyentes», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un comunicado. «Si no quieren trabajar en la oficina y contribuir a que Estados Unidos vuelva a ser grande, entonces son libres de elegir otra línea de trabajo y la Administración Trump les proporcionará un pago muy generoso de ocho meses». @nbcnews