2- Nadie te contrata
3- Te quejas en redes porque nadie te contrata
4- Alguien ve el vídeo y te contrata
5- El que te contrató descubre que los tatus en la cara eran como los colores llamativos en las serpientes y te despide.
6- Vuelves al punto 3
Bonus track: Cada vez que se repite el ciclo hay más empresarios asociando ‘tatus en la cara’ = ‘no contratar’. El prejuicio se refuerza.
Un finolier que tiene una empresa en EEUU ya pasó por esto y ya no contrata a más gente con tatus en la cara. ¿Rac¡smo de tatus? Ok.
Se llama Ash y dice que le está siendo imposible encontrar trabajo… pic.twitter.com/9WZmVl9eMF
— EstaPasando (@EstaPasandoEsto) April 30, 2024