El tipo reacciona como si fuera el mismísimo Jesucristo.
La Ertzaina, al verse desbordada tuvo que encerrar a los agresores en el ayuntamiento donde las puertas fueron reventadas por la gente (los querían linchar) obligando al despliegue de antidisturbios.
“Mis ojos se abrieron completamente, le dije, ¿qué acaba de pasar? y me dijo ‘Nuclear, nuclear’. Dos minutos después entró un hombre con una Coca-Cola light, y Trump me dijo ‘no era el botón nuclear, es solo el botón de la Coca-Cola”.