Finalmente, el Ministerio Público expone que en el momento de los hechos, la acusada era consciente de lo que hacía aunque «con una valoración distorsionada de la realidad, con la voluntad gravemente alterada e importante limitación de los frenos inhibitorios».
Así, la Fiscalía pide para ella una pena de ocho años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante mixta de parentesco, la atenuante de confesión y la atenuante de arrebato, así como diez años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con él. @sevillaactualidad
Enviado por @Juan