pesadilla en la cocina
La noticia que sorprendió a nadie: Pesadilla en la Cocina es “tele-realidad”.
Pero esa no es la única crítica que tienen los dueños de La Taberneta contra el programa, también quedaron muy descontentos con la reforma que realizaron: “Parecían baldosas, pero en realidad era papel. Una vez que se fueron, se cayeron al suelo y lo tuvimos que reformar de nuevo”.
Por último, Walter ha desvelado que los clientes que aparecen en el programa son, en realidad, figurantes: “Los clientes son figurantes. Se reúnen una hora antes cerca y allí les dicen lo que tienen que hacer”. Aún así, los dueños de La Taberneta han reconocido que su aparición en “Pesadilla en la cocina” les hizo aumentar su clientela hasta un 20%: “La gente venía y se hacía fotos para saludar”. @esdiario
Un cacho de aquel programa, para poner algo de contexto:
Esto es lo que cuenta el dueño del restaurante a 2 youtubers.
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Si lo piensas… todo puede ser una coca
Buenas rey del measentadismo,
Llevo muchos años disfrutando de tu sabiduría de forma anónima y mas de la de los comentarios. El caso es que dando una vuelta por Youtube me ha salido un video con los momentos mas demigrantes de Pesadilla en la cocina y ha salido un corte de un restaurante que ya hizo en su dia que me dieran ganas de darme un cabezazo con el poyete de la ventana. Me ha dado por buscar reseñas en Google llevo un rato descojonado con los comentarios que la gente hace.
Un abrazo NoHomo! @Robaperas
Tras el salto un vídeo de esta maestra de la “cocina de intuición”.
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No se podía saber…
[…] Pues según Antonio Domínguez, «Toni», propietario de «A la parrilla», en Badajoz, y último protagonista de «Pesadilla en la cocina», eso no es así. «Es todo un poco teatro. La mayoría de las cosas es mentira, ellos tienen que hacer un programa para que tenga tirón, porque si sale todo bien no tendría gracia», asegura a El Huffington Post. De hecho, confirma que fue el propio programa el que se puso en contacto con ellos y no al revés. «Nos contactaron ellos. Nosotros no estábamos muy mal. Vi que en las primeras temporadas se gastaban dinero en la reforma y por eso acepté. Dije, me van a poner un poco de tonto, pero si me arreglan el restaurante, pues bueno, dame pan y llámame tonto». […] @abc.
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