Discreto, siempre sonriente e icónico gracias a sus gafas, tan solo hay que echar un vistazo a estos 27 años de programa para darse cuenta de una cosa: Jordi apenas ha cambiado. De hecho, es complicado adivinar a qué año pertenece cada una de sus fotografías a simple vista, pues lo único que puede dar una pista es la montura de sus gafas, que renueva según la moda. De hecho, en una ocasión Toñi Moreno le retó a indicar de qué año eran algunas de sus imágenes. Y falló estrepitosamente. @infobae
Yo creo que este tío es genuinamente inmortal, que no ha envejecido nada de nada, y que para disimular se tira un poco de polvos de talco por encima antes de hacer el programa.