Además, González comentó lo mal que lo pasó en los días posteriores a lo que ella misma describe como un “comentario absurdo” que hizo cuando pensaba que tenía el micro cerrado. «Tengo familia, ansiedad y una casa que pagar… y esto es bastante desmesurado», comenta, antes de asegurar que el propio jugador no se sintió ofendido por sus palabras. «He hablado personalmente largo y tendido con Camavinga y en ningún momento se sintió ofendido. Algunos quieren ser más papistas que el Papa», explicó. «Para mí no es un comentario nada despectivo o peyorativo. No estoy menospreciando al jugador, no estoy comparando su color de piel con nada despectivo ni nada feo. No saldría de mi boca jamás un comentario feo en este sentido, ni a micrófono cerrado ni abierto». @20minutos
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