No solo favoreció al equipo mostrando nada menos que cuatro tarjetas rojas a su rival, sino que al acabar el partido se sumó a la celebración.
El equipo beneficiado fue el St. George, que necesitaba como mínimo un punto para hacerse con el título de cuarta división. El gran protagonista acabó siendo el colegiado Jan Smit, de 61 años, quien no solo fue decisivo en el desenlace con sus más que cuestionables decisiones, sino que al acabar el encuentro no dudó en levantar el trofeo en la celebración del equipo y cantar con ellos una canción que para más inri se llama Engelbewaarder (“Ángel de la guarda”). El periodista Manu Heredia ha compartido las imágenes y ha contado la historia en un hilo en la red social X / Twitter. @cream_allways
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