El propietario de una vivienda de la calle Andrés Antelo, en el barrio coruñés de Monte Alto, decidió reformarla. Como tenía buen trato con un albañil, a finales del 2021 le confió la obra. El hombre aceptó y pidió al dueño un adelanto de 6.000 euros para los primeros materiales. Una semana después, el casero acudió al piso para comprobar la marcha de los trabajos cuando se encontró con la cerradura cambiada. Se cansó de llamar al timbre hasta que una voz femenina se escucho en el interior. Le dijo que la casa era de su novio y no tenía pensado abrirle. Y así, hasta este pasado jueves, cuando el okupa, su pareja, el perro y un joven al que le tenían alquilada una habitación optaron por irse ante la presión ejercida por la empresa de desokupación DIO Express. @lavozdegalicia