Según se desprende del escrito de conformidad, el condenado alquiló un piso en Santander para dos días. «Con ánimo de violentar la intimidad ajena, colocó artificios técnicos en el baño y uno de los dormitorios del piso”, con los que «logró grabar sin consentimiento a las cuatro inquilinas en diferentes horas, tanto en el baño como en una de las habitaciones». Las cámaras tomaron hasta 26 vídeos de escenas íntіmas. @economistjurist