De acuerdo con The Mirror, la investigación acumuló más de 340 páginas de texto con mensajes en las redes sociales, que iban dirigidos a la joven, a sus amigas y también al novio de la menor: “Teníamos decenas de miles de mensajes de texto, ya fueran mensajes que eran solo para su hija o para algunos de los amigos de su hija. Y la huella digital era una locura”, dijo David Barberi, un fiscal del condado de Isabella a cargo de la investigación.
La madre, Kendra Licari, de 42 años, usaba un software para ocultar su ubicación y tenía una cantidad de números de teléfonos celulares disponibles para llevar a cabo sus planes de ciberacoso. Licari incluso habría intentado usar mecanismos como VPN para culpar de los mensajes a los compañeros de clase de su hija. @semana