Sorprende por su tamaño reducido, por la cantidad de cámaras y sensores que rodean el vehículo y porque, tras subir, todos los asientos son de pasajero. No había conductor. Eso sí, Renault reservaba uno para el operador de seguridad: este puede tomar el control del bus autónomo si ocurre una incidencia. Durante mi trayecto no hubo el más mínimo problema. @xataka