El ministerio público había solicitado para Rubiales una condena de dos años y seis meses de cárcel, de los que un año era por el delito de agresión sexual y otro año y medio por las supuestas coacciones. Por este último tipo penal, Durántez también había pedido un año y seis meses de prisión para los otros tres acusados, que eran el exseleccionador Jorge Vilda, el exdirector de la selección masculina Albert Luque y el exresponsable de marketing de la RFEF Rubén Rivera. Los cuatro se libraron de las coacciones pese a que el fallo dio por probado que la federación urdió un conjunto de maniobras con la intención de presionar a Hermoso para que salvara la imagen del expresidente federativo. Fernández-Prieto, sin embargo, concluyó que no se produjo ningún acto de “violencia” o “intimidación” como para considerar el delito, tal y como exigen la legislación y la jurisprudencia. “Entender que no se ha dado la violencia y/o intimidación que requiere el tipo de las coacciones como elemento objetivo es no entender nada del citado tipo penal. Sorprende y causa perplejidad que el juzgador se aparte abiertamente y de forma no motivada e injustificada de la jurisprudencia”, critica la fiscal en el escrito presentado este jueves. @elpais